Homenaje a Izvet Rebolledo
Ante el fallecimiento de la periodista Izvet Rebolledo Martínez, en un lamentable accidente ocurrido en las instalaciones del gimnasio de judo, “Hermanas González”, ubicado en Puerto Ordaz (Bolívar), el equipo del Ministerio del Poder Popular para el Deporte realizó un sentido homenaje en la que, entre lineas, expresaron vivencias y dejaron ver la calidad como persona de esta mujer trabajadora y amante del deporte.
A continuación el homenaje realizado:
“Al llegar a la sala de redacción del ministerio, lo primero que escuchabas era el tecleo de una computadora que no paraba. Al entrar, ella estaba allí. Sentada junto a sus notas esbozadas en un block de los que todos usamos como periodistas. Al entrar en la mañana, la mayoría de nosotros tomamos un café, ojeamos los periódicos del día, revisamos los mails para luego buscar la noticia en cada una de nuestras fuentes y comenzar a medias.
Pero a esa hora, ya Izvet tenía listas las notas de la jornada. A menudo le decíamos: “Izvet por Dios cuantas notas llevas, apenas son las nueve de la mañana, te vamos a desenchufar la computadora”. Entre risas y alborotos, ella seguía frente al monitor escribiendo sobre lo que siempre amó: el periodismo deportivo.
Al final del día, mientras todos corríamos para terminar el trabajo, un poco estresados, ella estaba tranquila leyendo y ayudando a los compañeros a terminar el suyo. Ese era el espíritu de compañerismo de nuestra colega Izvet.
Su pasión y dedicación por la fuente deportiva era irrefutable. Su profesionalismo la llevó a escribir durante 25 años sobre goles, jonrones, carreras, medallas, victorias. Entrevistó a grandes ligas, medallistas olímpicos y en su última parada como periodista, llegó a la trinchera institucional. Aquí se enamoró del deporte menor, precisamente ese que escribió durante sus últimos tecleos.
Los Juegos escolares habían comenzado una semana antes y ella luchó para ir. Al final, viajó a Ciudad Bolívar a escribir sobre las hazañas de los chamos.
“A mí me encantan los escolares porque ellos aún están sanos, compiten por amor. Los mueve las ganas al deporte”, nos dijo antes de irse.
Escribió desde Ciudad Bolívar sobre los juegos escolares, con la misma dedicación y profesionalismo que lo hacía con un deportista reconocido. Ya cuando había escrito y enviado el trabajo del día a Caracas, resolvió irse al mediodía a la sala de prensa.
Allí junto a su block y su computadora, escribió sobre los chamos. Sus notas siempre estaban antes de la hora. Y precisamente el tiempo, al que ella siempre le ganaba, decidió que la hora había llegado y que en una de sus pasiones por la vida, como lo fue el periodismo deportivo, era el lugar para trascender”.
Post a Comment